domingo, 23 de abril de 2017

Mass Media y víctimas de segunda clase; Siria y Venezuela

En las últimas semanas, hemos podido asistir a la denigrante utilización de los medios de comunicación, al servicio de determinados organismos internacionales, gobiernos "democráticos" y corporaciones occidentales a favor de la guerra e incluso a favor del terrorismo. El nivel de degradación profesional y ética de los "mass media" occidentales ha alcanzado cotas infames en relación a la cobertura de los acontecimientos en Siria, Corea, Iraq, Venezuela, Egipto o Rusia, por nombrar tan sólo algunos ejemplos.

Sólo es necesario un pequeño repaso a los titulares de los medios occidentales respecto al montaje del supuesto ataque químico en la provincia de Idleb para comprobar como todos estos medios carecen desde hace mucho tiempo, no sólo de la mínima objetividad, sino que además se orientan con tendencioso descaro en favor de las acciones bélicas unilaterales de los miembros OTAN o, más claramente hablando, de las sangrientas "aventuras" emprendidas por EE.UU.

Y todo ello sucede cuando se multiplican las iniciativas para la censura impulsadas por el European Journalism Center (EJC o Centro Europeo de Periodismo), que orientadas desde los servicios de inteligencia de países OTAN, se abogan el derecho a instaurar "verificadores de noticias" y a calificar aquellas informaciones que se escapan a su control como "falsas noticias". (1)

Lo cierto es que mientras se aplaude obedientemente y al unísono el descarado apoyo al terrorismo yihadista en Siria, se alienta y avala cualquier futura agresión contra la RPD de Corea o se continúa el incesante y calculado trabajo de guerra mediática contra el gobierno venezolano, la prensa occidental ha alcanzado sus mayores cotas de desvergüenza y falta de ética al seleccionar el tipo de tratamiento informativo aplicado a los diferentes actos de terrorismo de extrema gravedad recientemente acaecidos en diferentes latitudes del planeta; desde la más repugnante omisión hasta la maquiavélica deformación de la información para transformar la realidad a favor de los oscuros intereses a las que estas empresas se dedican y que se encuentran a años luz de ofrecer lo que teóricamente debe ser el periodismo; así ha sucedido con los atentados de San Petersburgo, contra iglesias coptas en Egipto , las "manifestaciones" en Venezuela o con la cobertura informativa sobre el último y aberrante crimen cometido durante el intercambio de Aleppo.

Siria; víctimas de "segunda clase"

Actitud que contrasta llamativamente con la que estos mismos medios han tratado la información respecto al aberrante crimen cometido por la denominada "oposición moderada" en las cercanías de Aleppo; al menos 68 niños podían contarse entre los primeros 126 fallecidos contabilizados y decenas más entre los múltiples heridos, a lo que hay que sumar que otros 200 sirios fueron secuestrados en ese mismo momento y siguen desaparecidos en la actualidad.

Incluso la ONU, sin admitir la evidente responsabilidad de los "rebeldes moderados", ha definido la acción como "crimen de guerra" (2) la misma definición que pudimos escuchar repetidamente en los días previos al bombardeo estadounidense sobre la base aérea de Homs. Los medios occidentales han ocultado con la mayor desvergüenza como la mismísima ONU y la OPAQ rechazaban inexplicablemente las aplastantes pruebas presentadas por los gobiernos sirio y ruso, basadas en conclusiones de expertos médicos y en armas químicas, como el presentado por la ONG Médicos Suecos por los Derechos Humanos (SWEDHR) (3) y que desarticula por completo todo el montaje realizado por los famosos White Helmets en Khan Seikhoun.

Según testimonios de los supervivientes, los "oscarizados" y "seculares" White Helmets, tras obligar a posar a niños junto a terroristas ofreciéndoles comida para que dichas imágenes fueran publicadas en medios occidentales, apenas hicieron nada por la vida de los heridos. Según relatan supervivientes, los "rescatadores" humillaron a sus víctimas mientras buscaban a seres queridos, amén de amontonar niños heridos junto a cadáveres según dejan claro las imágenes.

Antes de ello, el propio Donald Trump (4) afirmó públicamente que las fotos de los niños muertos en el falso ataque químico, junto con la "presión emocional" de su afectada hija Ivanka, le habían llevado a ordenar el injustificado bombardeo con Tomahawks. Frente a la masacre perpetrada contra el convoy de autobuses que evacuaba a residentes de las localidades de Kefraya y Al Fua, no ha existido la mínima voz de condena dentro de la administración estadounidense, de la misma manera que tampoco ha sucedido nada parecido con otras cancillerías europeas o por parte de los medios de comunicación.

No hemos asistido a otra inmensa ola de indignación mediática y al show de fotografías mostradas anteriormente por la embajadora estadounidense en la ONU puesto que las víctimas son mayoritariamente chiitas y leales a Damasco. Tampoco ningún medio se ha atrevido a preguntarse sobre la responsabilidad de Qatar, que respaldaba el acuerdo por el lado rebelde.

La prensa alemana apenas se ha referido al asunto mientras que anteriormente desató una campaña furibunda, no solo de apoyo a la agresión estadounidense contra Siria, sino posicionándose a favor de una expansión masiva de la agresión contra el país, en pos de derribar al "régimen” de Al Assad. (5)

El afamado Der Spiegel sostenia:
"Lo que se necesita es algo más que el rearme a medias de los rebeldes o las negociaciones de paz. Por qué no enviar una advertencia militar a Assad, por ejemplo, mediante el bombardeo de las pistas de aterrizaje de la fuerza aérea? ¿Por qué no establecer zonas de protección para los civiles? ¿Por qué no llevar a cabo la guerra cibernética contra Damasco?. Hay otras alternativas al despliegue militar, las alternativas a una escalada incontrolada. Ellas son en parte arriesgadas, pero no impensables."
Otros, como el Süddeutsche Zeitung, clamaban por la inmediata imposición de una zona de exclusión aérea, la vieja cantinela del tan criticado Erdogan o de la señora Clinton.

Es más, en otra lamentable muestra de cinismo e hipocresía, la mayor parte de la prensa occidental incluso trataba de sembrar la idea de que habría sido obra del gobierno sirio. Y más grave aún, la prensa mediática europea sigue prestándose como la portavoz de los grupos yihadistas en Siria ofreciendo únicamente el punto de vista de los terroristas.

Por ejemplo, la corresponsal de la BBC en Medio Oriente, Lina Sinjab, señalaba en su crónica que "no estaba claro cómo el automóvil pudo acceder a la zona del convoy sin permiso gubernamental".

Pero, añadió:
 "no hay evidencia de que los rebeldes estuviesen involucrados en el ataque, como alega el gobierno de Bashar al Asad. No sería de interés de los rebeldes, que estaban esperando a que sus propios partidarios fueran evacuados de las otras ciudades." (6)
La visión sobre White Helmets que LIna Sinjab (BBC)
muestra en su twitter.
Pese a que el gobierno sirio cumplió su parte y permitió la evacuación de yihadistas y sus familias, la BBC era capaz de seguir prestándose como medio para la propaganda de los extremistas. En este mismo artículo, la BBC señalaba:
"Los rebeldes evacuados desde la ciudad de Madaya, en manos rebeldes, pidieron a las organizaciones internacionales que los protejan de actos de venganza por este ataque y dijeron que condenan la agresión contra otro convoy."
En España, diarios de larga trayectoria en la guerra propagandística desatada contra Siria como el País, seguían una linea similar, apartada de los juicios absolutos y las irrefutables pruebas que dicho diario esgrimía como argumento para bombardear Siria tras la farsa de Khan Sheikoun:
"El régimen y los rebeldes intercambiaron acusaciones sobre la autoría del atentado, que aún no ha sido reivindicado." (7)
Otros, como el diario "El Mundo" reproducían prácticamente íntegros los comunicados de prensa de los grupos yihadistas sin la menor desvergüenza:
"Por el momento, ningún grupo ha reivindicado el ataque, cuyo objetivo parecen ser los evacuados chiíes, pero también podrían haber sido los insurgentes que los custodiaban en Al Rashidín.El grupo Liberación del Levante ( Al Nusrah) difundió a través de su cuenta de Telegram información y fotografías de la explosión, y responsabilizó de la misma al grupo chií Hizbulá.Según un breve comunicado, el coche bomba estaba cargado con metralla y explosivos, y fue detonado "de forma deliberada" por un miembro de la milicia libanesa, que huyó del lugar rápidamente.Asimismo, añadió que la mayor parte de las víctimas son "revolucionarios", en referencia a los combatientes insurgentes, y trabajadores de organizaciones humanitarias." (8)
Además insistía en el blanqueo de los afamados "White Helmets", autoproclamados como voluntarios humanitarios neutrales; para este diario, los yihadistas son la "Defensa Civil Siria", ocultando cómo la verdadera defensa civil siria lleva décadas trabajando y sigue trabajando día tras día sin una sola palabra de parte de la prensa mediática. Hablamos de White Helmets, que ni es defensa, ni es civil y tampoco es siria; los más de 100 millones de dólares de financiamiento exterior reconocidos por múltiples gobiernos occidentales, para una organización donde se dicen trabajan "voluntarios", no parece que corroboren la idílica y falsa cara que la cómplice prensa occidental muestra sobre éstos terroristas.

En conclusión, apenas unas líneas manipuladas para "informar" acerca de un salvaje atentado dirigido específicamente contra niños, pero niños de "segunda clase", de la misma manera que Occidente y su prensa consideran a los niños yemeníes, de Donbass o de Iraq.

Esta constante y nauseabunda intoxicación y manipulación informativa sobre Siria para convencernos de la criminal tiranía de Al Assad y sus aliados, se ahorra explicarnos como la región de Rashidin (lugar del atentado) está en manos de Ahrar al Sham, grupo yihadista apoyado por Ankara y países occidentales; EEUU se opuso hace meses a la petición rusa para su inclusión en la lista de organizaciones terroristas de la ONU.

La auténtica realidad sobre los terroristas yihadistas que combaten al gobierno de Al-Assad es tan escalofriante que no puede ser presentada a la opinión publica occidental sin una contra parte, en este caso falsa, que pueda hacer más digerible el hecho de que los gobiernos occidentales, en pos de sus objetivos geopolíticos han creado, alimentado, propiciado y afianzado la expansión del yihadismo en Siria y, posteriormente, en Iraq.

Por esa razón no se hace hincapié en que tanto en Idlib como en el oeste de Alepo no opera DAESH, sino que es zona de rebeldes "moderados" según los denomina esta misma prensa, pese a que su "moderación" les lleva a cometer este tipo de masacres; los mismos "rebeldes moderados" responsables de asediar durante años estos pueblos chiitas y que finalmente no han dejado escapar su presa de la forma más vil y traicionera. Cada reporte sobre Siria que aparece en la prensa, trata burdamente de confundirnos al especificar entre "rebeldes buenos" y malvado "Estado Islámico", cuando los hechos han demostrado que no hay tal diferencia.

Los grupos yihadistas no solo no reciben la mínima "reprimenda" por parte de la prensa europea, sino que incluso sacan partido de su propio atentado. Es lo que han tratado de vender algunos medios con una lamentable y fugaz campaña entorno a la figura del conocido yihadista Abd Alkader Habak, que para algunos medios se ha convertido en héroe; su "imagen cargando en brazos con un niño herido y llorando después derrumbado junto a un cadáver de un menor se ha convertido este domingo en icono de la tragedia en Alepo". (9)

Abd Habak, presentado como fotógrafo, cineasta, voluntario, periodista y activista, según el medio que se consulte, es el mismo que ha venido informando desde territorio del Frente Al-Nusra, el mismo que estaba transmitiendo vía Internet desde Aleppo Oriental cuando la ciudad sufrió más de 50 días sin electricidad o con cortes casi totales y seguramente conocedor de que no habría mas bombas, ahora se hace mediáticamente famoso mediante una foto preparada y un burdo teatro. Como ya hemos señalado, una supuesta actitud heroica y desinteresada que sin embargo contrasta radicalmete con el testimonio de los supervivientes acerca del trato recibido por parte de los yihadistas que "escoltaban" el convoy y por parte de los White Helmets.

Venezuela

El diario español "La Vanguardia", cuya trayectoria de posicionamiento en favor de los grupos terroristas en Siria debería ser incluso motivo de investigación judicial, presentaba el injustificable comportamiento de la oposición venezolana al atacar un hospital materno en Caracas, ofreciendo el siguiente titular suficientemente manipulado:
"Protestas y represión siguen en Venezuela con un ataque a hospital infantil" (10)
La Vanguardia menciona de pasada la denuncia de la canciller venezolana Delcy Rodriguez afirmando que "bandas armadas contratadas por la oposición" atacaron el hospital materno infantil en la zona caraqueña de El Valle, para a continuación exponer la visión opositora recogiendo la versión de "medios venezolanos";
"...se produjo una manifestación con cacerolazos en El Valle y, cuando la policía intentó dispersar con gases lacrimógenos a los opositores, estos entraron en el hospital infantil."

Poco importo para éste diario que el Gobierno venezolano difundiera imágenes de los pasillos del hospital regados con las piedras lanzadas por los grupos violentos. Además, la mismísima CNN ofrece su propia versión, tras entrevistar a la directora de la maternidad Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, Rosalinda Prieto; según ella, 58 niños fueron desalojados después de que sus vías respiratorias se vieran afectadas por el humo de basura quemándose y que estaba bloqueando el acceso a la calle a manera de protesta contra el gobierno. (11)

Siguiendo con la publicación de La Vanguardia, y tras dejar el periódico claro su punto de vista, se incluye de pasada la mención al asesinato de policías de la Guardia Nacional Bolivariana, entre las decenas de fallecidos a raíz de las "pacificas protestas opositoras". De la misma manera fugaz se mencionan las acusaciones gubernamentales contra Iván Pernía, detenido por su presunta responsabilidad en una de esas muertes, la de una joven en el estado Táchira (oeste). Pernía es uno de esos pacíficos opositores que  milita en el partido Vente Venezuela de la exdiputada María Corina Machado.

Poco importa la verdad respecto a Venezuela, con una Revolución Bolivariana condenada mediáticamente en Occidente ( y especialmente en España ) desde hace casi dos décadas. Es un hecho que incluso esta burda propaganda, destinada a acusar al chavismo de auto-atacar instituciones o bienes del Estado para "ganar popularidad" frente a la oposición, cala entre la ya suficientemente adoctrinada opinión pública europea.

Como bien explica el periodista y ex-ministro de Comunicación de Venezuela, Mauricio Rodríguez, "el objetivo de esa estrategia mediática es construir una realidad que permita convencer a las personas de que el Gobierno bolivariano debe caer, porque es supuestamente represor y asesino". El uso intencionado de las redes, advirtió Rodríguez, permite tergiversar los hechos para fabricar realidades:
  "En la medida en que las personas están más lejos de los hechos, son más fácilmente manipulables".
No puede extrañarnos que incluso se dé crédito a los delirios de personajes como el alcalde de El Hatillo, David Smolansky, una importante figura de la oposición y líder del partido Voluntad Popular, quien en las redes sociales difundía que la policía de Caracas estaba “empezando a usar armas químicas” contra las fuerzas de oposición, comparando el la actuación policial en Venezuela con el reciente y falso incidente químico en Siria. (12)

Forman por tanto parte de una gigantesca y coordinada puesta en escena diseñada para mostrar al mundo el caos y la degeneración que según sus relatos envuelve a toda Venezuela, que sólo sera resuelto tras la llegada al poder de la oposición, la firma de acuerdos con el FMI, la privatización del petroleo o la instalación ( como en Colombia ) de bases militares estadounidenses, pese a la movilización de más de tres millones de venezolanos en Caracas, que manifestaron su apoyo incondicional a la Revolución bolivariana el pasado 19 de abril.

De la misma manera que casi ningún medio del Estado español ha informado de como ocho personas, de entre 17 y 45 años, fallecieron electrocutadas cuando entraron en contacto con un cable de 220kv de un refrigerador al tratar de saquear una panadería en Caracas, algo que los medios mainstream han atribuido sin dudarlo a la represión del gobierno de Maduro. (13)

En cambio, se da crédito a las "teorías conspirativas" de la oposición venezolana culpando al Gobierno de Maduro por los disturbios. El diputado opositor José Guerra sostenía que "los saqueos fueron promovidos por el Gobierno y hechos por grupos paramilitares" y que la violencia en esa zona de la capital venezolana la inició la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que, según él, disparó hacia edificios y lanzó bombas lacrimógenas para dispersar una protesta opositora en las cercanías de un hospital materno infantil, hasta el punto que "el humo de las bombas lacrimógenas se extendió hasta el materno y tuvieron que evacuarlo".

Los medios de comunicación y el elemento psicológico
Esta actitud de los medios de comunicación de masas apenas representa nada nuevo; puro "conductismo social".

Como definió Pavlov, los"reflejos condicionados" se basan en el mecanismo "estímulo-respuesta", diseñados al milímetro para provocar reacciones en las masas potenciando los reflejos condicionados pavlovianos o primer sistema de señales nervioso, en detrimento del "racional" o segundo sistema de señales lingüístico pavloviano basado en el lenguaje y el pensamiento.

Lo cierto es que el periodismo cambió radicalmente tras la masacre de My Lai perpetrada en 1968, dónde tropas estadounidenses mataron a cientos de civiles vietnamitas. El periodista Seymour Hersh dió a conocer la noticia de la masacre y su encubrimiento, si bien Hersh en realidad nunca fue a ese lugar y entrevistó a los soldados en Estados Unidos. Otros periodistas como John Pilger y Ryszard Kapuscinski, mostrando la crudeza real de la guerra de Vietnam, terminaron por sacudir la opinión pública en EE.UU frente a la edulcorada y manufacturada versión del Departamento de Estado y el Pentágono. Se hizo pues necesario un cambio de estrategia en cuanto a los periodistas  y comenzaron a funcionar los famosos “corresponsales empotrados”, produciéndose desde entonces un cuadro vergonzoso y sesgado de los eventos como pudimos comprobar durante las guerras en los Balcanes, la Guerra del Golfo, Libia o las invasiones de Iraq o Afganistán por parte de EE.UU y sus aliados.

Una prensa que ha sido capaz de hacer creer al mundo las farsas sobre las matanzas de Timisoara, la "limpieza étnica" solo practicada por los serbios o el lamentable espectáculo de la CNN en la primera Guerra del Golfo. Después llegaron las revoluciones de color, el uso instrumental de Internet, las falsas "primaveras árabes" o el intento de reconquistar Venezuela una vez se fue Chávez.

La última gran contribución de las transnacionales de la información es su descarada cobertura sobre los acontecimientos en Ucrania, apoyando un golpe de estado llevado a cabo por neo-nazis.

Este tipo de periodismo ha logrado separar por completo las acciones militares sobre el terreno del acontecer político, como hemos podido comprobar respecto a la agresión estadounidense sobre Siria, afianzando estereotipos pre-fabricados en pos de la producción de subjetividades acríticas, destinados al consumo de la actual "sociedad del espectáculo", donde espectadores y lectores esperan que el conflicto contenga un drama cuasi cinematográfico, más allá de profundizar de manera objetiva en las causas que motivan la violencia.

Pese a esta abrupta realidad, la teoría sobre la "libertad de prensa" o el "cuarto poder" sigue santificando una profesión que actualmente nada tiene que ver con lo que en sus fundamentos éticos se recoge.

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó por unanimidad en Estrasburgo en 1993 una resolución que contemplaba algunos principios éticos del periodismo, que estimó que deberían ser aplicados en Europa, que no merecen mención más allá de la pura hipocresía que destila.(14)

En sus 38 artículos aborda una serie de cuestiones acerca de como las noticias deben estar "regidas por los principios de veracidad e imparcialidad, diferenciándolas de los rumores y las opiniones, que aunque por ser objetivas no pueden exigirle veracidad, sí deben hacerse desde planteamientos honestos y éticos, sin ocultar o negar la realidad de datos o hechos".

En España, el Código Deontológico de la profesión periodística de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España(FAPE), aprobado por su Asamblea Extraordinaria de Sevilla en 1993, es el documento de deontología periodística más importante en España. (15)

El código deontológico del periodista es un documento que recopila los fundamentos generales que regulan el comportamiento de los informadores y cuyos principios son:

-El respeto a la verdad.

-Estar abierto a la investigación de los hechos.

-Perseguir la objetividad aunque se sepa inaccesible.

-Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas.

-Diferenciar con claridad entre información y opinión.

-Enfrentar, cuando existan, las versiones sobre un hecho.

-Respeto a la presunción de inocencia.

-Rectificación de las informaciones erróneas.


(10) http://www.lavanguardia.com/politica/20170421/421913793025/protestas-y-represion-siguen-en-venezuela-con-un-ataque-a-hospital-infantil.html

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