lunes, 17 de agosto de 2015

Mentiras de la Historia acerca de la bomba atomica

El 70º aniversario del lanzamiento de la primera bomba atómica es una conmemoración de suficiente relevancia como para dirigir la atención sobre los más controvertidos dogmas establecidos por la Historiografía anglo-sajona acerca de aquella crucial fecha; el 6 de agosto de 1945.

Los falsos argumentos de EE.UU
“No hay radiactividad en la destruida Hiroshima” 


Así rezaba la portada del New York Times, un día después del lanzamiento de la bomba atómica y así quería McArthur que continuara siendo al prohibir toda mención a los efectos de la radioactividad,una vez se situó como verdadero gobernante fe Japón.De paso también se ocultaba a la opinión pública como 80.000 personas (prácticamente todos civiles) fueran pulverizadas en menos de cinco segundos.
Al igual que la prensa,la versión oficial estadounidense ofrecida al mundo durante los últimos 70 años ha ido aceptando algunas puntualizaciones pero,en esencia,sigue presentando como inevitable el uso de la primera bomba en Hiroshima,en base a argumentos demostradamente falsos.

Lo que desde EE.UU se ha aducido en estas décadas es que el empleo de la bomba fue la única razón que llevó a la rendición incondicional del Emperador Hirohito y que con ella se evitó prolongar la guerra cerca de un año, el tiempo que tardaría una invasión sobre el mismo Japón y donde,merced a un infundado cálculo, se ofrecía una estimación de un millón de bajas estadounidenses. 

En definitiva,el dogma histórico creado y perpetuado por EE.UU. nos dicta que Truman optó por usar las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki para terminar la Segunda Guerra Mundial y salvar vidas estadounidenses y japonesas.

Henry Stimson,el hombre clave
Ciertamente,la postura oficial que ha perdurado en el país norteamericano no es obra sino de Henry Stimson ,Secretario de Guerra con Rooselvet y posteriormente con Truman.(1)

Henry L. Stimson
Henry Lewis Stimson ( 1867 - 1950) fue sin lugar a dudas una de las figuras más influyentes de la política exterior estadounidense en las décadas de 1930 y 1940.

Nombrado Secretario de Guerra por Franklin D. Roosevelt en 1940 ,Stimson jugó un papel clave en el desarrollo del Proyecto Manhattan y en su aplicación práctica sobre territorio japonés, siendo él quién el 31 de Mayo de 1945 informó al Comité Interino nombrado por Roosevelt a tal efecto acerca de "la fuerza destructiva sin parangón en el presente de la bomba atómica y de la necesidad de utilizarla con la máxima prudencia".

Pese a esta última afirmación, la Historia demuestra que Stimson siempre priorizó la victoria en la guerra por encima de cualquier otra consideración; es más,la visión de Stimson iba más allá de la derrota nipona y el fin de la guerra.

Extractos de ‘The Decision to Use the Atomic Bomb’ por Henry Stimson, publicado por el Daily Telegraph el 14 de Febrero de1947
Como estratega, Stimson fue el precursor de la estrategia estadounidense sostenida en el poder nuclear disuasivo anglo-americano como contención frente al avance soviético en Europa y Asia.

En 1947,dos años después de Hiroshima y como respuesta al famoso reportaje y posterior libro de Hersey de febrero de 1946 y que destapo la hasta entonces oficialmente inexistente radioactividad y sus consecuencias en Hiroshima,Stimson escribió un texto titulado "La decisión de usar la bomba atómica".

Stimson fue de esta manera el encargado de "tranquilizar" las conciencias estadounidenses y de ofrecer una especie de redención común que no empañara la brillante imagen estadounidense como vencedor impoluto de la Segunda Guerra Mundial.

Frente a dicho razonamiento,más propagandístico que veraz, cabe confrontar otra serie de argumentos de indudable peso que,sin lugar a dudas,contrarían esta partidista y segmentada visión sobre el lanzamiento de la primera bomba atómica.

El famoso millón de vidas
Como hemos reseñado,la principal justificación estadounidense para el uso de la bomba es que acortó definitivamente la guerra y logró salvar las vidas de más dé un millón de soldados estadounidenses y japoneses en una hipotética invasión de Japón.La decisión de Truman ha tratado de apoyarse en supuestos cálculos y recomendaciones de su Estado Mayor,pero,no existe registro documental acerca de esta cuestión,como demuestra Gar Alperovitz,profesor de economía política de la Universidad de Maryland y asistente especial en el Departamento de Estado,uno de los mayores estudiosos en la cuestión de Hiroshima.

En 1965 publicaba "Atomic Diplomacy: Hiroshima and Postdam",donde Alperovitz describe las ambiciones de un Harry Truman empeñado en revertir la política de acomodación pacífica con la URSS de Franklin D. Roosevelt. Llega incluso a afirmar que cuando Truman se enteró de la probabilidad de la bomba, aplazó la reunión de los Aliados en Postdam hasta cuando pudieran disponer y probar el nuevo armamento.

Pero volviendo a Stimson,de nuevo le encontramos como promotor del mito.En 1947,Stimson inventaba dicha cifra para un artículo en Harper's,elaborado sin base documental ni evidencia de esos supuestos informes de los altos mandos militares.

La prueba más palpable es que el propio Truman ni siquiera mencionaba esta cifra,sino otras mucho más bajas y que demuestran que dichos argumentos supuestamente esgrimidos por sus generales ,sencillamente, no existieron.

Al Presidente Truman se le atribuyen,entre otras,las siguientes afirmaciones:

“Se me ocurrió que un cuarto de millón de la flor de nuestra mocedad valía el precio de un par de ciudades japonesas, y todavía pienso que así era y así es”.

Pero también Truman declaró en otra ocasión:

“Creí que 200.000 de nuestros jóvenes se salvarían al tomar esa decisión”.

Lejos de la retórica política de Truman,lo cierto es que se elaboraron estimaciones precisas hasta el último momento antes del ataque atómico.

En preparación para una reunión con el Presidente Truman el 18 de junio de 1945, el Jefe de Estado Mayor del Ejército, General George C. Marshall, le pidió al General Douglas MacArthur un estimado de las bajas norteamericanas en el caso de una invasión de Kyushu (Operacion Olympic).La respuesta de MacArthur cifraba en 105.050 bajas de batalla (muertos y heridos) solamente en los primeros 90 días, y otras 12.600 bajas de no combatientes.

En conexión con la misma reunión del 18 de junio,otro revelador documento es el informe preparado el 15 de junio por el Comité Conjunto de Planes de Guerra.

Estimaba que las bajas resultantes de una invasión del sur de Kyushu el 1 de noviembre, seguida unos meses después con un asalto a Tokio, produciría un número relativamente pequeño de bajas: 40.000 muertos, 150.000 heridos, y 3.500 desaparecidos, haciendo un total de 193.500 bajas en ambas operaciones.

Okinawa, 1945.
Para finalizar,una comparativa con la batalla más terrible a la que los estadounidenses se enfrentaron como fue la conquista de Okinawa, nos arroja que las bajas norteamericanas ascendieron a 75.000, o sea un 35% del total de las fuerzas de ataque. Marshall en aquel momento "estimaba que 766.700 tropas de asalto serían empleadas en el ataque contra Kyushu".Trasladando ese porcentaje del 35%,equivaldría a más de 250.000 bajas estadounidenses, muy lejos del famoso millón.

El falso pretexto del uso inevitable de la bomba
Con el fin de la campaña de Okinawa y la ocupación estadounidense de tan estratégico enclave,casi 11.000 japoneses se rendían; nunca antes un número tan alto de japoneses lo había hecho.

No era sino el reflejo de la absoluta incapacidad del país asiático para seguir combatiendo y reflejo del desmoronamiento del Ejército Imperial.

Y por supuesto era la evidencia de que Japón se hallaba en camino de ser definitivamente derrotado, en un proceso que resultó ya inexorable a partir de enero de 1945.

En aquellas fechas el célebre general Curtis Le May se ponía al mando del XXI Comando de bombardeos y,gracias a la captura de las Islas Marianas, podía disponer de bases para sus bombarderos B-29 con capacidad para más de 9.000 kg de bombas; era la sentencia para Japón.Le May cumpliría su palabra cuando prometió "hervir,quemar y hornear a los japoneses".

Como ejemplos,valga resaltar el bombardeo sobre Tokyo del 23 al 24 de mayo donde participaron hasta 562 bombarderos.Y solo días antes de Hiroshima,entre el 1 y el 2 de agosto hasta 627 B-29 arrasaron las ciudades de Hachioji,Nagaoka,Mito y Toyama.

Ante tal poderío,la otrora poderosa aviación nipona no podía oponer resistencia alguna.

Bombarderos B-29 sobre Japón (1945)
La efectividad de la campaña aérea estadounidense sobre Japón se refleja en la pérdida de cerca de un 40% de su capacidad industrial.Pero más importante quizás fue el terrible daño moral y psicológico infringido al pueblo japonés.El absentismo laboral llegó a alcanzar índices del 80% en ciertos centros industriales y en lugares nunca bombardeados como Kioto llegó al 40%.

Tanto el pueblo como el Ejército japonés padecieron una crítica escasez de alimentos; se calcula que en el último año de la guerra los adultos perdieron de media 4.5kg y más de un tercio perdió mas de 9kg de peso.

Evidentemente,también la economía japonesa se desintegraba pese al control militar de los recursos; el precio medio de los bienes en el mercado negro en julio de 1945 era 42 veces superior al precio oficial establecido por el Estado.Japón producía a estas alturas más del doble de la electricidad que necesitaba porque la industria no tenía materias primas con las que seguir funcionando.

Osaka, arrasada el 14 de agosto de 1945 en el ultimo
gran bombardeo sobre Japón.
Aún más sangrante era el bloqueo naval que sufría una isla como Japón; en julio de 1945, los Aliados hundieron 139 mercantes (casi 300.000 toneladas); sólo 3 de esos buques mercantes fueron hundidos fuera de aguas territoriales japonesas.En aquellos momentos,con sus aguas territoriales minadas y patrulladas por aviones y submarinos estadounidenses ya se vislumbraba como imposible para Japón seguir resistiendo ante el total derrumbe de la economía y de la producción.

En éste escenario,está documentado cómo al menos desde febrero de 1945, oficiales japoneses trataron de entablar negociaciones.

Quizás aún sin el abierto respaldo de Tokio, militares nipones contactaron con agentes del OSS (futura CIA) bajo el mando de Allen Dulles en Suiza sin lograr demasiados progresos. En julio, el gobierno japonés sondeó a los soviéticos para negociar la paz a través de Noatake Sato, el embajador japonés en Moscú. El mensaje y la respuesta posterior de Sato, fueron interceptados inmediatamente por la inteligencia estadounidense.

James V.Forrestal
Sato informaba a sus interlocutores en Tokio de que no había ninguna oportunidad para que los soviéticos mediaran. Es reveladora una anotación que el Secretario de la Armada James V. Forrestal escribió en su diario, fechada 15 de julio de 1945.En ella comentaba que "el meollo del mensaje final (de Sato)... era que Japón estaba completa y totalmente derrotado y... lo único que podía hacer era reconocer rápida y definitivamente tal hecho."

Éste y los demás cables interceptados se mantuvieron bajo secreto militarl hasta 1960, cuando se reconoció su existencia. Entonces se confirmó también que Truman y su gabinete habían conocido su contenido, pero no fue revelado de qué contenido se trataba. El grueso de los textos comenzó a darse a conocer en 1978; los que seguían siendo secretos fueron desclasificados por completo, y puestos a disposición de los investigadores sólo a mediados de los años noventa dejando 50 años de propaganda estadounidense en evidencia.

Asustemos a Stalin
Uno de los cálculos de Truman y su equipo para emplear las bombas atómicas contra Japón incluía forzarlo a la rendición lo más deprisa posible antes de que la URSS interviniese en el Lejano Oriente.La inteligencia soviética conoció desde sus inicios la existencia y progresos de la bomba atómica,y,probablemente, ante tal circunstancia la Urss adelantó la ofensiva contra Japón antes de un prematuro desmoronamiento japonés, entregado sin contemplaciones a las condiciones estadounidenses.

Incluso antes de agosto de 1945, EE.UU había cambiado la óptica en cuánto a sus relaciones con la Unión Soviética.La Conferencia de Potsdam entre Harry S. Truman, Josef Stalin y Winston Churchill finalizaba solo cuatro días antes del bombardeo de Hiroshima,con EE.UU confiando ciegamente en que su monopolio atómico funcionara para presionar a los soviéticos; verdaderamente,la bomba de Hiroshima representó el primer acto de la Guerra Fría,enfocada más a condicionar las futuras disputas con la Unión Soviética que a obligar a la rendición a Japón.

Documentos como el informe de Walter Brown (asistente del secretario de Estado de EE.UU. de la época, James Byrnes) revelan que hasta tres días antes del ataque en Hiroshima, en una reunión Truman se reconoció que Japón“buscaba la paz”.

Sin embargo,como la Historia demuestra,el calculo geopolítico de Washington se impuso a la situación militar real que se presentaba en el momento de la decisión.Un cálculo frío resumido en la preocupación del secretario de Guerra, Henry Stimson,cuando expresó al presidente Truman su preocupación porque la fuerza aérea de EE.UU. hubiera devastado las ciudades japonesas de tal forma que la bomba atómica no fuera capaz de “mostrar su fuerza”.

Otro aspecto de relevancia serían las fechas escogidas,dado que EE.UU. no escogió aleatoriamente las fechas para sus armas atómicas; se decidió a lanzarlas en torno a la fecha del 8 de agosto,cuando estaba programada la ofensiva soviética: Hiroshima,el 6 de agosto, y Nagasaki ,el 9 de agosto.

Una buena prueba de la falta de sintonía entre algunos mandos militares y las oscuras intenciones de Truman y su equipo la constituyen las palabras del general Leslie Groves, director del Manhattan Project:

“Nunca pensé en que Rusia era nuestro enemigo y que el proyecto se llevó a cabo sobre esa base”.

De hecho,la visión de la Casa Blanca acerca de la intervención de la URSS contra Japón, cambió tras la capitulación de Alemania el 8 de Mayo de 1945.Harry Truman,anti-comunista convencido,decidió el empleo de las bombas tras observar los avances soviéticos que habían liberado media Europa (Polonia, Checoslovaquia, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Yugoslavia, Albania, Alemania Oriental, Lituania, Letonia, Estonia y la Carelia Finesa).

Reiterándonos,queda claro que Truman decidió que Hiroshima fuera el primer acto de la Guerra Fría.

Soviéticos en Manchuria
La historiografía anglo-sajona pone énfasis en la supuesta no beligerancia soviética frente a Japón,lo que incluye desdeñar la decisiva relevancia de la ofensiva soviética contra Manchuria en 1945.

Yalta ,con Roosevelt todavía vivo (1945)
En efecto,durante la Conferencia de Yalta en Febrero de 1945,Stalin se había comprometido a atacar al Imperio Japonés en Manchukuo en un plazo aproximado de tres meses desde la caída de Berlín.

El 9 de agosto la URSS declaraba la guerra a Japón y procedía a la invasión de la fundamental Manchuria lanzando la “Operación de Tormenta de Agosto"; en menos de una semana los japoneses estaban prácticamente derrotados.(2)

La pérdida de Manchuria ,mucho más que los lanzamientos atómicos ,significó el verdadero golpe definitivo para Japón que puso fin a la Guerra del Pacífico y por ende a la Segunda Guerra Mundial.

Con la neutralidad soviética, Japón aún podía plantearse continuar la guerra, destinando a la defensa de su territorio metropolitano las guarniciones de Manchuria y Corea, con las cuales se mantenía la comunicación, a pesar de todos los intentos de interrumpirla por la Marina y Aviación estadounidenses.

Todo se diluyó con la declaración de guerra por parte de la Unión Soviética. Poco publicitado por los historiadores estadounidenses,el mismo día 9 de agosto de 1945, en su intervención ante el Consejo Supremo de la Guerra, el Primer Ministro japonés, Suzuki, expuso lo siguiente:

"La entrada en guerra esta mañana de la Unión Soviética nos pone definitivamente ante una situación sin salida y hace imposible la continuación de la guerra".

Igualmente,frente a las insistentes peticiones británicas y estadounidenses para que la URSS rompiera sus compromisos con Japón, ciertamente cabe recordar que ya durante la Guerra Civil Rusa de 1917-1924 ,el Ejército Imperial Japonés envió una expedición de 60.000 hombres a Siberia para luchar contra el Ejército Rojo.

Cara al desarrollo de la II Guerra Mundial y aunque para la visión occidental no parezca relevante,tanto la resistencia china como la Guerra del Khalkhin-Gol (una contienda entre Japón y su nación satélite Manchukuo, estado controlado por Japón desde el año 1931 y liderado por el Emperador Pu-Yi, contra la Mongolia pro-soviética) fueron fundamentales para definir el papel soviético en el Pacifico.

Efectivamente,3 años antes de la implicación estadounidense,la URSS había ya logrado una victoria aplastante contra el Imperio Japonés, propiciando el abandono de las ansias de expansión nipona hacia Siberia y firmando el Pacto de Neutralidad Soviético-Japonés en Abril 1941, cuyo vigor sería válido por cinco años.

No se puede decir, sin embargo, que las relaciones entre la URSS y Japón fueran buenas: Japón constantemente violó el pacto suscrito, detuvo a buques soviéticos en alta mar, periódicamente permitió ataques contra embarcaciones militares y civiles soviéticas y violó la frontera terrestre en no pocas ocasiones.

Precisamente durante su avance,los soviéticos cruzarían el antiguo escenario de batalla del Khalkhin-Gol de 1939,y, a diferencia de seis años atrás, sólo necesitaron 24 horas para atravesarlo frente a los cinco meses de la vez anterior.

La campaña de Manchuria
Fuerzas soviéticas en el Río Amur (Agosto 1945)
Las fuerzas soviéticas del Lejano Oriente al mando del mariscal Aleksandr Vasilevsky, contando con muchas de las divisiones que acababan de derrotar a los alemanes, fueron desplazadas a través del Ferrocarril Transiberiano recorriendo casi 10.000 kilómetros para finalmente cruzar a pie por el Desierto del Gobi o la Meseta de Barga.

En total, fueron desplegados 1.701.000 soldados (1.685.500 soviéticos y 16.000 comunistas mongoles) frente a 1.501.000 soldados del Eje (1.217.000 japoneses, 220.000 manchús, 60.000 mongoles y 4.000 rusos blancos).

Cierto es que el Ejército del Kwantung desplegado en Manchuria y encargado de su protección se encontraba en una situación lamentable en el verano de 1945. Su nuevo líder, Otozô Yamada ,debía hacer frente a esta invasión con un ejército bisoño inferior en calidad y cantidad y enormemente desmoralizado.

Voluntarios fascistas de
la Brigada Asano (Manchukuo.1945)
Al igual que en la batalla por capital del Reich,junto a las tropas japonesas se hallaban también exiliados de la Rusia Blanca y otros militantes fascistas de diversa procedencia. La Mongolia Interior (opuesta a la Mongolia comunista) era un protectorado de Japón que al frente del Príncipe Demchugdongrob actuaba como estado tapón frente a la comunista Mongolia Exterior; hasta 60.000 jinetes del Ejército Independiente Mongol de Manchukuo se enfrentaron al Ejército Rojo a los que habría que sumar otros 4.000 voluntarios de la Brigada Rusa Blanca “Asano” al mando del general Gurgen Nagolen, en cuyas filas ,aparte de rusos blancos,se contaban combatientes de Ucrania, Bielorrúsia, el Cáucaso, Letonia, Estonia, Lituania e incluso algún alemán.(3)

Tras una semana de ofensiva,el 15 de agosto de 1945, el Emperador Hiro-Hito comunicaba por radio al mundo entero la intención de proceder a la capitulación de su patria antes de la extinción total del pueblo japonés. A partir de entonces comenzaron las negociaciones entre Japón y los Aliados, pero no con la URSS contra la que por el momento se siguió combatiendo en distintos territorios aún en manos japonesas.

Pese a la derrota total y pese a las dos bombas atómicas,Japón siguió luchando contra los soviéticos de forma incomprensible; una forma de resistencia a ultranza que EE.UU no sufrió pero que esgrime como justificación para lanzar las bombas atómicas.

Pu-Yi,emperador de Manchukuo.
De hecho, y pese que sólo unas pocas horas después del anuncio de la capitulación del Japón, el Emperador Pu-Yi de Manchukuo anunciaba su renuncia al trono de Manchuria y la disolución del Gobierno, el fanático anticomunismo de las unidades manchús prevaleció y la mayoría continuaron ofreciendo resistencia como la guarnición de Fangcheng, que resistió todo el día para replegarse finalmente hacia una nueva posición defensiva en Myngali ,a lo que hay que sumar un último ataque suicida de la Marina Imperial Manchú por el Río Amur con sus cañoneros His Chung y Yang Chun lanzándose contra los navíos soviéticos.

El 17 de Agosto de 1945,Mukden, la ciudad que marcó el inicio de la Segunda Guerra Sino-Japonesa en 1931, fue asaltada con un lanzamiento paracaidista. Casi sin resistencia, Pu-Yi fue capturado y arrestado por los paracaidistas soviéticos; Mukden pasaba así a ser ocupada por la Unión Soviética (posteriormente sería devuelta a China).

Un día después,el 18 de Agosto de 1945, y tras ocho días de sitio, el 18 de Agosto, el XXXVI Ejército Soviético logró entrar en Hailar y tomar de una vez por todas la ciudad.

Liberación de Harbin (Agosto 1945)
Tropas soviéticas liberaban también la ciudad de Harbin, siendo recibidos como héroes por parte de la población china que desde hacía más de una década ansiaba deshacerse de la brutal opresión manchú.

Aquel 18 de Agosto, las vanguardias soviéticas cruzaron por primera vez la frontera norte de Corea,alcanzando el famoso Paralelo 38º y culminando la conquista de la mitad norte de la Península Coreana.

Sin embargo no había cesado la resistencia japonesa; el 19 de Agosto de 1945,Hsinking, capital de Manchukuo, caería tras una sangrienta batalla calle por calle.

Paralelamente al desastre en Hsinking, el Ejército del Kwantung perdió también ese día su último baluarte en el norte cuando el II Frente del Extremo Oriental ocupó Tsitsihar.

Infantería de Marina soviética
en Port Arthur (Agosto 1945)
Se iba completando la limpieza del territorio y el 23 de Agosto, una nueva operación paracaidista permitió al Ejército Rojo recuperar la icónica ciudad costera de Port Arthur que Rusia había perdido contra Japón en la Guerra Ruso-Japonesa de 1905.Tres días después caía la Fortaleza de Hutou, último bastión en resistir.De su guarnición de 1.500 soldados japoneses,habían muerto 1.450 soldados y solo se rindieron 50 supervivientes el día 26 de Agosto.

Aún así todavía hasta el 30 de Agosto se registraron combates en Manchukuo,como durante la toma de la ciudad de Chalai.

Finalmente el 2 de Septiembre de 1945, Manchuria fue conquistada al completo por el Ejército Rojo y la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin.

Las importantes consecuencias de la intervención soviética
La invasión soviética de Manchuria constituyó sin duda una de las más brillantes operaciones del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial,puesto que en sólo tres semanas, las tropas soviéticas aniquilaron totalmente al Ejército del Kwantung, la fuerza más intacta que conservaba Japón.

Enormes extensiones de territorio, incluyendo toda Manchuria, el norte de Corea y parte de la China Nororiental, que albergaban las últimas fuentes de recursos japoneses aún explotables y con posibilidad de abastecer a Japón, fueron conquistadas al coste relativamente moderado de unas 35.000 bajas propias.(4)

Como ya hemos señalado esta contundente victoria no solo terminó de decidir la Segunda Guerra Mundial,sino que también acarrearía decisivos cambios políticos y territoriales.

Por ejemplo,la URSS reintegró a China prácticamente todas las zonas ocupadas, incluyendo Manchuria, el norte de China y Port Arthur,en un reparto que lógicamente habría de favorecer al Partido Comunista Chino de Mao Tse-Tung en detrimento del Kuomintang de Chiang Kai-Shek.Las consecuencias de este reparto tendrían su reflejo en el desarrollo de la posterior Guerra Civil China (1945-1949) y que culminaría con la proclamación de la República Popular de China.

Kim Il Sung,líder norcoreano.
De similar relevancia posterior, en la zona norte de Corea la URSS patrocinó la creación de la comunista Corea del Norte, que por encima del Paralelo 38º, se convirtió en el contrapeso frente a Corea del Sur, satélite de Estados Unidos .En tan sólo cinco años ambas, se enzarzarían en la Guerra de Corea (1950-1953) terminando de asentar las bases de la Guerra Fría que Truman inició con la bomba de Hiroshima.

Decisión política
Sólo introduciéndose superficialmente en la cuestión,comenzamos comprobando que la mayor parte de los altos oficiales militares estadounidenses de la época o bien no fueron consultados en absoluto o bien se mostraban abiertamente en contra del tipo de uso que Truman y Stimson deseaban dar al arma atómica.; aquella no fue una decisión estrictamente militar sino plenamente política.

General LeMay
El mismísimo general Curtis LeMay, el duro “halcón” de la Fuerza Aérea, declaró públicamente poco después del lanzamiento de las bombas nucleares sobre Japón:

"La guerra habría terminado en dos semanas… La bomba atómica no tuvo absolutamente nada que ver con el fin de la guerra."

Los registros documentales en este sentido son apabullantes y desmontan una por una las falsas justificaciones alegadas durante décadas desde los círculos oficialistas y desde el ámbito académico más ortodoxo,o,llamando a las cosas por su nombre,propagandista.

La idea de que los ataques atómicos eran absolutamente ineludibles para forzar la definitiva capitulación japonesa se viene abajo en vista de la enorme cantidad de pruebas documentales que aseveran lo contrario.Así ,un informe del grupo de Estudio de Bombardeo Estratégico de EE.UU. (creado por el presidente Truman para evaluar el impacto de los ataques aéreos contra Japón) afirmaba en sus paginas 52-56 que:

"Sobre la base de una detallada investigación de todos los hechos y con el apoyo del testimonio de los dirigentes japoneses involucrados, el Estudio opina que Japón se habría rendido ciertamente antes del 31 de diciembre de 1945 y con toda probabilidad antes del 1 de noviembre de 1945 incluso si las bombas atómicas no se hubieran lanzado, incluso si Rusia no hubiera entrado a la guerra, e incluso si no se hubiera planificado o contemplado ninguna invasión."

Dwight D.Eisenhower
Los militares más relevantes del staff estadounidense durante la II Guerra Mundial manifestaron sin ambigüedades sus opiniones respecto a este arma.El general Dwight Eisenhower,Comandante Supremo de todas las Fuerzas Aliadas llegó a manifestar que:

"Los japoneses estaban dispuestos a rendirse y no era necesario atacarlos con esa cosa horrible."(5)

Posteriormente, incluso en pleno conflicto Eisenhower también señaló como:

"En [julio de] 1945… el secretario de Guerra Stimson, en visita a mi oficina central en Alemania, me informó de que nuestro gobierno se preparaba para lanzar una bomba atómica sobre Japón. Yo era uno de los que pensaban que había una serie de razones convincentes para cuestionar la inteligencia de un acto semejante… el secretario, después de darme la noticia del exitoso ensayo de la bomba en Nuevo México, y del plan de utilizarla, me pidió mi reacción, esperando al parecer una enérgica aprobación.

Durante su relato de los hechos relevantes, había sido consciente de un sentimiento de depresión y por lo tanto le expresé mis graves aprensiones, primero sobre la base de mi creencia en que Japón ya estaba derrotado y que el lanzamiento de la bomba era totalmente innecesario, y en segundo lugar porque pensaba que nuestro país debía evitar horrorizar a la opinión mundial debido al uso de un arma cuyo empleo, pensaba, ya no era indispensable como medida para salvar vidas estadounidenses. Pensaba que Japón estaba, en ese mismo momento, buscando alguna forma de rendirse con la menor pérdida de prestigio. El secretario se mostró profundamente perturbado por mi actitud…"(6)


Almirante William D.Leahy
Junto a la más que autorizada voz de Eisenhower,ni más ni menos que el Almirante William Leahy –el miembro de más alta graduación de las fuerzas armadas de EE.UU. desde 1942 hasta su retiro en 1949 y primer jefe del Estado Mayor Conjunto,también escribió:

"En mi opinión el uso de esa cruel arma en Hiroshima y Nagasaki no fue una ayuda material en nuestra guerra contra Japón. Los japoneses ya estaban derrotados y se disponían a rendirse debido al efectivo bloqueo marítimo y los exitosos bombardeos con armas convencionales".

También es conocido que el 20 de julio de 1945, o cerca de esa fecha, el general Eisenhower había instado a Truman, en una visita personal, a que no utilizara la bomba atómica. La evaluación de Eisenhower era que “no era necesario atacarlos con esa cosa espantosa… utilizar la bomba atómica para matar y aterrorizar a civiles, sin intentar siquiera [negociaciones] fue un doble crimen”.

Con posterioridad escribiría:

"Las posibilidades letales de la guerra atómica en el futuro son aterradoras. Mi propio sentimiento era que al ser los primeros en utilizarla, habíamos adoptado un estándar ético común a los bárbaros de la Alta Edad Media. No me enseñaron a hacer la guerra de esa manera, las guerras no se pueden ganar destruyendo a mujeres y niños."

Gral. MacArthur
El general Douglas MacArthur,quién años después sería el máximo partidario del uso de armas nucleares en la Guerra de Corea estuvo de acuerdo con el Almirante Leahy,como éste último afirmaba:

"Los puntos de vista de MacArthur respecto a la decisión de lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki fueron totalmente diferentes de lo que supuso el público en general… Cuando pregunté al general MacArthur sobre la decisión de lanzar la bomba, me sorprendió escuchar que ni siquiera le habían consultado. ¿Cuál habría sido su consejo?, le pregunté. Respondió que no veía ninguna justificación militar para lanzar la bomba. La guerra podría haber terminado semanas antes, dijo, si EE.UU. hubiera aceptado, como en todo caso lo hizo posteriormente, que se conservara la institución del emperador."

De modo parecido, el Secretario adjunto de Guerra, John McLoy señaló:

"Siempre he pensado que nuestro ultimátum al gobierno japonés emitido desde Potsdam [en julio de 1945] lo habría aceptado, si nos hubiésemos referido al mantenimiento del emperador como monarca constitucional y hubiésemos hecho alguna referencia al acceso razonable a materias primas de futuro gobierno japonés. Por cierto, creo que incluso en la forma en la que se dio dicho ultimátum había una cierta disposición por parte de los japoneses a considerarlo de manera favorable. Cuando terminó la guerra llegué a esta conclusión después de hablar con una serie de funcionarios japoneses que habían estado íntimamente asociados con la decisión del gobierno japonés de entonces de rechazar el ultimátum tal como se presentó. Creo que perdimos la oportunidad de lograr una rendición japonesa, completamente satisfactoria para nosotros, sin necesidad de lanzar las bombas."

Otro cargo relevante como el subsecretario de la Armada, Ralph Bird, dijo:

"Pienso que los japoneses querían la paz y ya habían contactado a los rusos y creo que a los suizos. Y esa sugerencia de [dar] una advertencia [de la bomba atómica] fue una propuesta que les habría permitido salvar las apariencias y la habrían aceptado de buena gana.


Test nuclear de AlamoGordo (1945).
A mi juicio, la guerra japonesa ya estaba ganada antes de que utilizásemos la bomba atómica. Por lo tanto, no habría sido necesario que reveláramos nuestra posición nuclear y estimular a los rusos a desarrollar lo mismo mucho más rápido de lo que lo hubieran hecho si no hubiésemos lanzado la bomba."(7)

El director adjunto de la Oficina de Inteligencia Naval, Ellis Zacharias, escribió:

"Precisamente cuando los japoneses estaban dispuestos a capitular, seguimos adelante e introdujimos en el mundo el arma más devastadora que había visto, y en efecto dimos el visto bueno a Rusia para que se extendiera sobre Asia Oriental.Washington decidió que Japón había tenido su oportunidad y que era hora de utilizar la bomba atómica.Sugiero que fue la decisión equivocada. Fue un error por motivos estratégicos. Y fue un error por motivos humanitarios." (8)


Divergencias en el uso de la bomba
Militares estadounidenses en Hiroshima.
El General Carter Clarke –el oficial de inteligencia militar a cargo de preparar los resúmenes de los cables japoneses interceptados para el presidente Truman y sus consejeros– declararía tras la guerra acerca de otra importante cuestión largamente falseada por los historiadores pro-estadounidenses:

"Cuando no necesitábamos hacerlo, y sabíamos que no necesitábamos hacerlo y ellos sabían que no necesitábamos hacerlo, los utilizamos como un experimento para dos bombas atómicas."

Muchos otros altos oficiales militares estuvieron de acuerdo. Por ejemplo,el almirante de la Flota Chester W. Nimitz, quien en una conferencia de prensa el 22 de septiembre de 1945 aprovechó la oportunidad para sumar su voz a las de los que insistían en que Japón estaba derrotado antes del bombardeo atómico y del ingreso de la URSS en la guerra.

Poco después, en un discurso en el Monumento Washington el 5 de octubre de 1945, el almirante Nimitz declaró: “Los japoneses, de hecho, habían pedido la paz antes de que se anunciara al mundo la era atómica con la destrucción de Hiroshima y antes de la entrada de Rusia a la guerra”.

Acto de naturaleza política
Ante la opinión de los altos mandos estadounidenses,que parece posicionarse con claridad en contra de esta jugada de claro carácter político y enfocado más a la posguerra que a la propia derrota de Japón,solo cabe preguntarse:

¿Por qué se lanzaron las bombas en ciudades pobladas y sin valor militar,cuando incluso los mandos militares que estaban a favor de su uso consideraban su empleo en áreas no pobladas u objetivos militares japoneses?

En efecto no fueron pocas las voces que se elevaron en pos de una demostración no letal de dichas armas atómicas para convencer a los japoneses de que se rindieran,incluyendo al Secretario de Marina Forrestal o el general George Marshall.De sus testimonios se concluye que bastaría con una demostración del arma en un área accesible a observadores japoneses y donde sus efectos serían tan visibles como psicológicamente demoledores, como por ejemplo la propia Bahía de Tokio o un simbólico bosque de cedros japoneses no lejos del propio Tokio.

Listado de probables objetivos para la bomba atómica.
El Comandante de la Fuerza Aérea Estratégica del Ejército de EE.UU., general Carl Spaats comprendía la separación entre el mando civil y el militar:

“El lanzamiento de la bomba atómica fue obra de un militar bajo órdenes militares. Se supone que debemos llevar a cabo esas órdenes y no cuestionarlas. Pero esa fue una decisión puramente política. No fue una decisión militar…”

Desde el punto de vista militar,resulta poco justificable el argumento de la infalibilidad de las armas atómicas para destruir ciudades japonesas y así lograr la rendición, cuando la destrucción de las ciudades con bombas convencionales en Alemania o en la propio Japón no lo había logrado.

Y como es sabido, los planificadores estadounidenses nunca consideraron vitales a Hiroshima ni a Nagasaki desde el punto de vista militar ,ya que hasta entonces ambas ciudades habían resultado prácticamente intactas a pesar de la campaña de los bombarderos de Le May. (9)

La sagrada figura del Emperador
El sagrado emperador Hirohito
A las dos de la mañana del 10 de agosto, el Emperador Hirohito decidió aceptar las condiciones de los Aliados.

Los militares más intransigentes con la rendición trataron de anular la decisión del emperador con un golpe de estado que pudo haber triunfado si el Ministro de Guerra, el General Amani, los hubiera apoyado, pero no estaba dispuesto a contradecir las ordenes del emperador y acabó suicidándose con lo que el golpe de estado fracasó.

Para "reforzar" sus argumentos,los historiadores estadounidenses recurren al Edicto Imperial del 14 de agosto, en el cuál el emperador supuestamente expuso al desorientado pueblo japonés las razones de la capitulación.

"El enemigo ha empezado a usar una nueva y cruel clase de bomba, con un poder incalculable para causar daños, sacrificando muchas vidas inocentes. Si continuamos peleando, esto resultaría no sólo en la completa aniquilación del Japón, pero también podría resultar en la extinción toda la humanidad. Siendo este el caso, cómo podríamos salvar a los millones de nuestros súbditos...? He allí la razón por la que hemos ordenado que aceptemos los términos estipulados en la Declaración Conjunta de los Poderes."

Esta es la "definitiva prueba" para la corriente historicista pro-estadounidense de que el uso de las bomba precipitó el final.Es la declaración de una institución derrotada pero que conservará su status de privilegio hasta el día de hoy gracias a su servilismo absoluto hacia los dictados estadounidenses.
Hirohito anuncia la rendición. 

¿Acaso el testamento político de Hitler o Goebbels han sido utilizados de la misma manera para justificar la derrota del III Reich?.Imaginemos por un momento que EE.UU hubiese alcanzado Berlín y hubiese pactado una rendición con Hitler que permitiera a este mantenerse en el poder sin someterse a juicios por crímenes de guerra.(10)

Argumentos de este tipo sostienen que aquel primer uso de la bomba ha servido para evitar la repetición posterior,obviando los miles de ensayos posteriores efectuados por EE.UU,Urss,Francia,G.B,China,Israel,Pakistán,India o Corea del Norte.


NOTAS
(4)Antonio García Palacios, La Guerra Oculta. El Conflicto Soviético-Japonés (1939-1945), “Y los cañones volvieron a rugir en Manchuria. Operación Tormenta de Agosto”, HRM Ediciones, (2014), p.73-123
(5)Newsweek , 11/11/63, Ike on Ike
(6)"Un militar en la Casa Blanca". D.D. Eisenhower.1963
(7)War Was Really Won Before We Used A-Bomb,U.S. News and World Report, 15/8/60, pg. 73-75.
(8)Ellis Zacharias, How We Bungled the Japanese Surrender, Look, 6/6/50, pg. 19-21.
(10)Donald Keagan ,Revista Commentary,Sept.1995

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