miércoles, 30 de agosto de 2017

Siria, fin del juego

Siria; se acaba el juego
La ofensiva dirigida para levantar el asedio de la ciudad de Deir Er zor, que se prolonga durante más de 3 años ya, terminará por significar la práctica eliminación de Daesh en Siria, donde apenas conserva ya bastiones de relevancia.

Finalmente, el anunciado inicio de la operación militar para la liberación de Deir Ezzor se hace realidad tras haber sido liquidados los embolsamientos de Daesh en el Valle del Éufrates y en el Este de Homs y consolidar sus posiciones en la autopista entre Izriyah y Rusafa. Ahora, el Ejército sirio y sus aliados disponen no sólo de la total iniciativa, sino una definitiva superioridad sobre los yihadistas.

El inicio de la operación para liberar el cerco de Deir er Zor será la culminación de una exitosa campaña para recuperar el país y aniquilar a Daesh, que ya ha arrojado éxitos decisivos asegurando definitivamente la Ruta de la Vida con Aleppo (pese a la colaboración entre Daesh y Al Nusrah en esta zona) o el control por parte de Damasco de la gran mayoría de la frontera sirio-jordana de donde han desaparecido los rebeldes pro-estadounidenses y sus asesores, a los que sumar el colapso yihadista en Iraq tras la victoria rápida y contundente de las fuerzas iraquíes en Tal Afar, cortando la principal vía que une a las fuerzas de Daesh entre Siria e Iraq. (1)

Daesh se encuentra en una situación militar paupérrima; habida cuenta de su expulsión definitiva del Este de Homs y de la zona de Qalamun, mientras que el mando sirio puede ahora disponer de miles de efectivos adicionales, incluyendo plenamente a las Fuerzas Aéreas de Rusia y Siria, que concentran sistemáticamente sus acciones sobre las posiciones de Daesh en la provincia de Deir er Zor. Si como todo apunta, Daesh es expulsado de Deir er Zor, su última opción para la retirada serán las ciudades de Al Mayadin y Albukamaal, sus últimas posiciones en Siria.

Todo el escenario militar descrito, a lo que hay que sumar una provincia en manos de yihadistas como Idlib, salpicada por la guerra interna entre facciones yihadistas y cuyas posibilidades de resistencia dependen exclusivamente de las potencias exteriores patrocinadoras, nos conducen a un único fin; su rendición o su total aplastamiento, pese a las oscuras intenciones de sus mencionados patrocinadores de establecer una especie de autonomía yihadista en la provincia.

En resumen, la victoria del Ejército Árabe Sirio parece ya imparable y los protagonistas del largo y durísimo conflicto sirio comienzan a posicionarse cara un futuro donde Bashar Al Assad continuará en el poder.

Reposicionándose ante los hechos consumados
La victoria de Damasco y sus aliados es un hecho irrefutable y prácticamente irreversible. Todas las cancillerías de los países implicados en la guerra contra Siria son plenamente conscientes del hecho desde la liberación de Aleppo a finales de 2016 y por tanto, han venido obrando en consecuencia. Pese a la retórica y el mantenimiento del mensaje cara a la opinión pública, lo cierto es que las potencias interesadas trabajan desde hace tiempo en el escenario "real", aquel en el que Al Assad y sus aliados vencen.

Mientras parece claro que EE.UU e Israel seguirán apostando por la desestabilización de Siria e Iraq jugando la carta kurda para tratar de obtener algún beneficio de sus derrotas, bien mediante la instalación de bases militares permanentes o el apoyo al proceso de independencia kurda tanto en Iraq como en Siria, algunos de los grandes enemigos de Siria llevan tiempo trabajando en su re-posicionamiento, que en vista de la velocidad del desarrollo de los acontecimientos, han debido acelerar. 

Ciertamente complicada se presenta la situación que se dará después de que Siria erradique a Daesh en su territorio y tenga que hacer frente a la expansión kurda en el norte de Siria dirigida y apoyada por EE.UU, objeto de un anterior articulo en este mismo blog. (2)

Respecto a Israel, tras el último encuentro entre Benjamín Netanyahu y Vladimir Putin se hacía público que ningún acuerdo se logró entre los dos mandatarios de ambas naciones. Netanyahu trató en vano de amenazar a Rusia con graves consecuencias si no frenaba la presencia iraní y del Hezbollah en el sur de Siria, tratando sin éxito de deshacer una alianza ruso-iraní que en estos momentos parece bastante consolidada. (3)

La insistencia de Netanyahu acerca de que sean atendidas las demandas israelíes o que Israel será empujado a actuar en caso contrario, se plasmaban en la prensa de acuerdo a una fuente israelí que se puso en contacto con el medio árabe Al-Yadida; un anónimo oficial israelí de alto rango advertía a Rusia que si Irán continúa extendiendo su influencia y poder en Siria, Israel bombardeará el palacio presidencial de Bashar Al-Assad en Damasco. De la misma manera, la misma fuente aseveraba que si no llegan a concretarse cambios favorables a Israel en la situación de la región, el gobierno hebreo se asegurará de anular el cese al fuego que los EE.UU. y Rusia acordaron en Astana, la capital de Kazajistán. Todas estas amenazas, sin embargo, parecen poco realizables y denotan la frustración israelí ante el desarrollo de unos acontecimientos que Israel ya no puede controlar, menos aún sin la aprobación y respaldo estadounidense.

Idlib
Tras la derrota definitiva de Daesh, es evidente que el último reducto yihadista en pie será la provincia de Idlib. En dicho escenario bajo control de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, antes Frente Al Nusra) desde 2015, se encuentran unos dos millones de habitantes, muchos de ellos yihadistas procedentes de otras partes del país y re-acomodados allí tras acuerdos con el gobierno sirio. HTS ha impuesto duras condiciones bajo el yugo de la Sharia, convirtiendo de facto a Idlib en un santuario para los yihadistas internacionales presentes en Siria, donde uzbecos, chechenos, europeos o uigures componen su "multiculturalidad". Diversos cálculos señalan la presencia en Idlib de aproximadamente 50.000 combatientes extranjeros que pertenecen a las distintas organizaciones internacionales yihadistas.

Y es difícil imaginar otra solución para dicho reducto que no sea una completa ofensiva militar por parte del gobierno de Damasco y sus aliados rusos, iraníes y libaneses. Tras el horror vivido con Daesh en Siria e Iraq, resultará muy complicado que la comunidad internacional rechace una operación militar contra la provincia pese a los esfuerzos propagandísticos de los interesados en mantener vivo este Califato. La campaña alrededor del uso de armas químicas por parte de Damasco en Idlib terminó desencadenando el ataque estadounidense sobre la base siria de Al Shairat en lo que pareció el último intento por "lavar la cara" de una oposición moderada, que, como todo el mundo sabe ya, ni existe ni jamás existió.

Incluso el enviado especial de Estados Unidos para la coalición contra el Estado Islámico describió a Idlib como “el refugio más grande de Al Qaeda desde el 11 de septiembre”, señalando también que es poco probable que la comunidad internacional tolere una provincia bajo el control de HTS.

En una carta pública en idioma árabe publicada este mes, el principal funcionario del Departamento de Estado a cargo de Siria, Michael Ratney, dijo a los residentes de Idlib que hicieran todo lo posible para distanciarse de HTS. El funcionario advirtió de “graves consecuencias” si HTS permanece en control efectivo de Idlib, y dijo que “sería difícil para Estados Unidos convencer a las partes internacionales de no tomar las medidas militares necesarias”, “si el grupo no se ve obligado a renunciar al poder.". (4)

En el plano diplomático, algunas voces señalan como el "divorcio" entre Arabia Saudí y el binomio Qatar-Turquía ya habría causado efectos en la propia Idlib. Analistas turcos apuntan a que Erdogan habría ya ordenado el cese de toda cooperación con la llamada Coalición Nacional de la oposición exterior siria, el pseudo-organismo que Occidente ha intentado hacer pasar durante años como "único órgano representante legítimo del pueblo sirio" y realmente bajo férreo control de Arabia Saudita. (5)

Significativa también la información publicada por el diario británico "The Times", apuntando a un cambio radical en las políticas de las potencias occidentales y regionales sobre Siria. (6)
Son los hechos sobre el terreno los que recomiendan un total re-posicionamiento, de tal manera que las cancillerías occidentales reconocen que Bashar al Assad continuará al frente del Estado sirio, incluyendo la posibilidad de ser reelegido en las próximas elecciones; puestos a la tarea, comienzan a suprimir incómodos obstáculos como estos grupúsculos opositores de escaso o nulo peso real en Siria.

Según el diario, así habría sido transmitido el mensaje al llamado grupo de Riad de la oposición siria durante la última reunión celebrada en la capital saudí, advirtiéndoles de la imperiosa necesidad de aceptar la continuidad en el poder de Assad y sobre no obstaculizar las negociaciones sobre el futuro de Siria al insistir en su partida; en definitiva, el acta de defunción de la "oposición siria" y el fin de un slogan repetido millones de veces desde 2011.

Arabia Saudí
La política interior del reino sacuí acarrea consecuencias en el plano exterior; la abdicación del rey Salman y la entronización del príncipe Mohammed podrían significar un cambio radical de escenario tanto en Yemen como en Siria. Según revelan documentos filtrados (7), la intención del posible futuro rey sería acabar con la guerra en Yemen, utilizando el hecho como arma política contra su propio padre al que atribuiría la responsabilidad de este desastre saudí. El aspirante al trono ya ha ido despejando su camino al poder en los últimos meses y parece factible la posibilidad de que alcance el trono próximamente. (8)

En Siria, con la intención de abanderar un nuevo concepto de unidad árabe frente a los persas ( si bien será complicado eliminar el arraigado discurso saudí de enfrentamiento entre sunnitas y chiítas ), Arabia Saudí podría incluso tartar de implicarse en la reconstrucción del país, para aumentar su influencia en detrimento del enemigo señalado, Irán.

Francia
Francia es otra de las potencias agresoras plenamente implicadas en el conflicto sirio que ha tomado consciencia de la realidad; el Ejército Sirio y sus aliados van a ganar la guerra de manera irremisible.

Por ello, pese a su discurso inicial sosteniendo que Francia seguiría apoyando a la oposición siria, lo cierto es que Macron escenificó la claudicación francesa el pasado mes de julio, durante la visita de Trump a París.

“Hemos cambiado en efecto la doctrina francesa con respecto a Siria… Tenemos un objetivo principal: la erradicación de los terroristas, de todos los grupos terroristas… Tenemos una voluntad: la de construir una solución política inclusiva a largo plazo y, en este contexto, no hago de la salida del poder y destitución de Bashar al Assad una condición previa”, subrayó el presidente francés.

Pese a que la opinión pública francesa pueda predisponer al gobierno de Macron a reanudar los contactos con Siria y romper toda colaboración con los grupos yihadistas que combaten contra Damasco, este cambio radical de actitud viene motivado principalmente en virtud de los intereses económicos franceses, prestos a la reanudación y expansión de sus inversiones en el jugoso mercado iraní tras su apertura ( Total, Carrefour, Peugot...)lo que condiciona inexorablemente la postura de París frente al conflicto sirio. La ruptura con la linea política predominante en Francia desde 2011 ha supuesto para Macron enfrentar, por ejemplo, la dimisión de su Jefe del Estado Mayor.

Lo cierto es que tanto Alemania como Francia han manifestado ya estar dispuestos a reabrir sus representaciones diplomáticas en Siria, a la par que llevan aún más tiempo estrechando la cooperación de inteligencia con Damasco en materia anti-terrorista, algo que los "mass-media" occidentales ocultan de manera bochornosa.

Finalmente, Francia, con sus especiales relaciones con Iraq, también muestra interés por este país; altos mandatarios franceses visitaron Iraq recientemente, con vistas no solo al negocio de la reconstrucción sino también con especial interés acerca de lo concerniente al anunciado referéndum kurdo.

"Es un periodo de transición entre una guerra que toca su fin y el principio de la estabilización y de la reconstrucción" de Iraq, afirmó el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, de visita en Iraq, junto a la ministra francesa de Defensa; allí anunciaron un préstamo de su país a Iraq por 430 millones de dólares, en principio destinados a la reconstrucción del país.

Posguerra y reconstrucción de Siria
Un hecho de trascendencia fundamental planea sobre el futuro de Siria; China quiere incorporar a Siria a su proyecto de Nueva Ruta de la Seda, como salida al Mediterráneo a través de los puertos de Tartus y Latakia.

Significa esto incluir a Siria como punto estratégico fundamental en el macro-proyecto global chino, lo que implica que las autoridades chinas se hayan ya puesto en movimiento. Así, el pasado mes de julio se celebraba en Pekín la I Feria de Proyectos de Reconstrucción de Siria, donde se anunciaba la intención china de invertir 2000 millones de dólares en la construcción de parques industriales en diferentes puntos de Siria y con la participación de 150 empresas chinas en sectores como la energía, farmacéutica, telecomunicaciones y construcción. (9)

Otra hito importante respecto al futuro del país árabe lo ha supuesto la edición de la Feria Internacional de Damasco, recientemente celebrada tras ser suspendida desde 2012. La muestra, modesta pero significativa, contó con la asistencia de representantes de 43 países, donde seguramente pudieron empezar a esbozarse las inversiones y contratos de reconstrucción cara a una Siria post bélica. (10)

Tanto el Presidente Al Assad como el Primer Ministro Jamis han dejado claro que en este proceso, como no podía ser de otra manera, la prioridad la tendrán "los países amigos y hermanos que apoyan a Siria en su guerra contra el terrorismo".

De hecho, a empresas rusas se les han adjudicado ya contratos petroleros y de construcción en Siria, mientras que Siria tiene acceso en Rusia a un importante mercado para sus productos agrícolas.

Empresas iraníes han conseguido ya la concesión para operar una red de telefonía móvil, mientras continúa siendo fundamental el crédito financiero con el que entidades iraníes apoyan al gobierno sirio. Otros países considerados por Siria como "amigos" (Bielorrusia, Egipto o Venezuela) también esperan cooperar con Damasco.

El propio Presidente Al Assad dejó bien claro en un discurso televisivo como habrá de ser el modo de proceder para reanudar relaciones plenas con Siria:

"No habrá ni cooperación de seguridad, ni apertura de embajadas, ni un papel para algunos Estados que dicen querer buscar una salida (a la guerra en Siria) mientras no hayan roto sus relaciones de manera explícita con el terrorismo". (11)

Así pues, queda por comprobar si otros contratos pueden finalmente llegar a ser ejecutados; por ejemplo, en 2014, la India consiguió un acuerdo por el valor de 1.000 millones de dólares para el equipamiento y modernización de los hospitales sirios, mientras que empresas japonesas esperan a ver resuelta la situación política para emprender obras de infraestructura en Siria concedidas hace años por Damasco.

Pese a ser hitos modestos, algunas zonas del país comienzan también a esbozar lo que será una costosa y dura recuperación; el gobierno sirio anunció la próxima apertura de un pozo gasífero en la zona de Qara, (12) en el centro del país, con una producción diaria prevista de 350.000 metros cúbicos.

Según las cifras presentadas por el ministro sirio de Petróleo y Recursos Minerales, Alí Ghanem, la producción de gas sirio alcanzó durante los dos últimos años la cifra de 11 millones de metros cúbicos por día; pese a la modesta producción ( por ejemplo, la compañía Qatar Petroleum anunciaba el pasado abril sus intenciones para lograr una extracción diaria de 2.000 millones de pies cúbicos de gas diarios. Sin embargo, los últimos programas hablan de lograr extracciones de 4.000 millones de pies cúbicos de gas al día ).

De igual forma se anunció la reapertura de las minas de fosfato de Khnefis, en las cercanías de Palmira, lo que conllevará la reconstrucción de una línea de ferrocarril de 186 kilómetros, para comunicarla con el puerto de Tartus. En este terreno Siria llegó a convertirse en el quinto productor a escala mundial, con una producción de tres millones de toneladas anuales de fosfato.

Respecto al petróleo, antes de la guerra Siria producía unos 380.000 barriles diarios de petróleo; en los momentos más duros de la guerra, esa cifra llegó a alcanzar sólo los 9.000 barriles diarios, pero la importante recuperación de las zonas extractivas llevada a cabo por el gobierno apunta a que el sector petrolero sirio, con un país en calma, una intensa reconstrucción de infraestructuras e inversión extranjera fluyendo, pueda ir recuperándose paulatinamente.

NOTAS:

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