miércoles, 5 de octubre de 2016

Propaganda de guerra actual, psicología y aprendizaje

Propaganda de guerra sobre Aleppo.
La victoria siria en Aleppo supondría el estrepitoso fracaso de la estrategia política occidental aplicada en Siria durante más de cinco años.

En sus fases finales, pero aún en pleno desarrollo, no cabe duda de que los combates y bombardeos en el área de Aleppo durante éstos últimos meses han mermado el potencial militar de los yihadistas de una manera irreversible.

La inminencia de un colapso de los militantes en Aleppo ha forzado a EE.UU y sus allegados a desplegar todo su arsenal mediático y propagandístico de forma apresurada.

Tomando clara conciencia de que desde el punto de vista militar el desenlace de la batalla parece aproximarse, los patrocinadores externos de la "oposición siria" tratan desesperadamente de posponer este desenlace mediante todo tipo de movimientos en la esfera política, diplomática y militar; y, por supuesto, especialmente desde el ámbito de la propaganda de guerra y la guerra psicológica articulada desde los grandes medios de comunicación de masas y organismos internacionales a su servicio, como demuestran los personales intentos de intromisión del todavía Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon.

"Oposicion siria"; otro montaje de InCoStrat
Esta es la razón por la cuál los enemigos de la República Árabe Siria han intensificado de forma exponencial tanto su actividad política y militar como su campaña de intoxicación mediática y de guerra psicológica, con un objetivo diáfanamente definido; evitar de cualquier forma la victoria del Ejército Sirio y de sus aliados.

Por tal razón, y tras perpetrar un verdadero acto de guerra contra la República Árabe Siria con su ataque aéreo contra el ejército de dicho país en Deir Ar Zor, los propagandistas anglosajones y sus asociados desplegaron rápidamente una nueva cortina de humo para tratar de minimizar el impacto de una acción que coloca sospechosamente a EE.UU del lado de los intereses de Daesh.

En esta ocasión, la atención trató de desviarse hacia el bombardeo de supuestas columnas humanitarias que se dirigían hacia zonas aledañas de Aleppo, del que Washington acusa a Siria y Rusia, tratando a la par de presentar los bombardeos sobre áreas dominadas por los yihadistas en la propia ciudad de Aleppo como ataques indiscriminados contra la población civil, y, especialmente, presentando de nuevo ante las cámaras a niños y niñas pequeñas que "posan" ante las oportunas cámaras de los "activistas".

No se trata de ninguna novedad; sin embargo, este nuevo episodio de la guerra de propaganda desatada contra aquel país por parte de las corporaciones occidentales de la información, nos sirve para ilustrar los principios psicológicos básicos y sobre aprendizaje de la propaganda de guerra manufacturada, principalmente desde Londres, París, Washington o Doha.

Historia de la Propaganda

Podemos definir la propaganda como “el acto o efecto de propagar o difundir una idea, opinión o doctrina”; un proceso complejo de comunicación persuasiva cuyo propósito es el de inculcar principios ideológicos u opiniones, siempre con objetivos claros y determinados con precisión.

Un teórico como Lasswell ofreció quizás la mejor explicación al definir la propaganda como la “técnica para influenciar la acción humana, a través de la manipulación de representaciones”.

Lo cierto es que las sociedades actuales se ven expuestas a la continua recepción de mensajes propagandísticos, que haciendo uso de una constante manipulación, terminan por surtir efecto.

En 1530 apareció esta xilografía de Hans Brosamer titulada “Las siete cabezas de Martín Lutero”. En ella Lutero es retratado como un monstruo apocalíptico que surge de la parte superior del cuerpo. En los brazos sujeta un libro que representa una parodia de los distintos papeles que se le atribuyen


Históricamente, es con el desarrollo de religiones y sociedades complejas y organizadas cuando harían su aparición las primeras formas de propaganda. La Iglesia Católica jugaría un papel clave en su desarrollo, aplicando los métodos primarios como la palabra (escrita y oral) o el valor icónico de la imagen, entre otras técnicas. El proceso se intensifico y especializó especialmente tras el EE de la Contrarreforma; en 1622, el Papa Gregorio XV creaba la Santa Congregatio de Propaganda Fide, un comité de cardenales que dirigía y supervisaba la propagación de los ideales católicos.

Como es lógico pensar, la propaganda de guerra ha evolucionado adaptándose a los avances tecnológicos más novedosos en formas de comunicación. Si durante la Primera Guerra Mundial predominaba la prensa escrita, radio y cine ocuparon ese lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Fría, la televisión alcanzó su auge convirtiéndose en el principal instrumento de comunicación hasta la irrupción de los medios digitales en el siglo XXI.

Lo que hoy podemos entender como propaganda de guerra tiene su origen en la Primera Guerra Mundial.

El concepto teórico parte de la idea de que la influencia sobre la moral y las convicciones de un enemigo son el necesario complemento de la supremacía militar a la hora de vencer en una guerra.

Una vez entendido su propósito, es conveniente señalar como la difusión de dicha propaganda de guerra generalmente se construye habitualmente sobre información falsa, es decir, mediante la pura ficción.

En efecto, durante la Primera Guerra Mundial la opinión pública se convirtió en un factor militar relevante a la hora de condicionar las decisiones políticas. Se hizo necesario pues enfocar la propaganda ya no solo hacia el enemigo sino hacia la propia población nacional; la opinión pública pasaba a convertirse también en blanco de la comunicación planificada.

Británicos y alemanes desplegaron sus campañas pero pronto se hizo evidente la mayor efectividad de la propaganda británica elaborada desde el recién creado Ministerio de Información, en 1917, bajo la responsabilidad de Lord Beaverbrook. Además de imponer la censura oficial, dicho organismo dedicó grandes esfuerzos en investigaciones teóricas y desarrollo de técnicas propagandísticas. El Ministerio se encargó entonces de contratar a los grandes escritores de la época como Arthur Conan Doyle, H.G. Wells o Rudyard Kipling, los cuáles elaboraban falsos relatos en los que se atribuían horribles crímenes a los alemanes y que el MInisterio SW llegar a los grandes periódicos para lograr una amplia difusión.

Su éxito fue imitado por EE.UU, que creó también durante la Primera Guerra Mundial el denominado Comité para la Opinión Pública, contando, entre otros, con los servicios del inventor de la publicidad moderna, Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud.

No cabe duda de la eficacia de los métodos británicos si tenemos en cuenta como la derrota final alemana vino propiciada más por la situación interna que por la situación bélica.

Había quedado demostrado que los efectos de la propaganda en una sociedad eran mucho más profundos y poderosos de lo esperado.

Años más tarde, Adolph Hitler escribiría en Mein Kampf:

“En el año 1915, el enemigo comenzó su propaganda entre nuestros soldados. A partir de 1916 continuó más intensivamente, y en el inicio de 1918 se transformó en una nube negra. Uno puede ver ahora los efectos de la seducción gradual. Nuestros soldados aprendieron a pensar como el enemigo pretendía. Alemania falló en reconocer la propaganda como un arma de primera utilidad, donde los ingleses la utilizaron con gran pericia y genial deliberación”.

Hitler y los ideologos del partido nazi implementaron un modelo de propaganda centrado en la transmisión de un mensaje emocional que buscaba provocar, en un público predispuesto, la interiorización de las emociones desplazando a la racionalidad. No en vano, HItler pronunció la siguiente frase en más de una ocasión:

"Cuando se inicia y desencadena una guerra lo que importa no es tener la razón, sino conseguir la victoria".

El mensaje propagandístico nazi era reforzado siempre mediante una elaborada escenografía: grandes desfiles, himnos, el identificativo saludo (“Sieg Heil”), las antorchas, la profusión de banderas y estandartes o el uso de imponentes lugares para dichas celebraciones.

También durante la Segunda Guerra Mundial se crearon por parte de EE.UU tanto la OWI (Office of War Information) como la OSS (Office of Strategic Service) al cargo de la propaganda de guerra estadounidense.

Hubo que esperar a los últimos años de la Guerra Fría, a comienzos de los años 80, cuando EE.UU desequilibró la balanza mediante el desarrollo de nuevas tecnologías de la comunicación.

La puesta de largo de éstos nuevos métodos de comprobó como un éxito cuando los estadounidenses transformaron la primera Guerra del Golfo en un verdadero espectáculo televisivo en directo donde más de 90% de las imágenes mostraban el poderío bélico estadounidense y en las cuáles no se mostraron ni un soldado estadounidense herido o muerto. Igualmente se pusieron en práctica las nuevas innovaciones para afirmar que existían fotos satelitales que delataban a 250.000 efectivos iraquíes preparados para invadir Arabia Saudita.

En el mundo actual, el potencial de la propaganda de guerra ha alcanzado su cénit en el seno de la sociedad de la Información y de la Comunicación, constituyéndose en una gigantesca industria capaz de poner en marcha procesos propagandísticos de influencia global y general sobre las sociedades.

Ya en pleno siglo XXI, la agresión a Irak en 2003 se realizó entorno a argumentos demostradamente falsos como las "armas de destrucción masiva" y al supuesto apoyo de Saddam Hussein a Al-Qaeda, poniendo en práctica un tipo de propaganda cuyos propósitos definía perfectamente Chomsky en 2004:

"Actualmente el único modo de atacar a un enemigo mucho más débil pasa por elaborar una ofensiva propagandística que lo retrate como una amenaza inminente o quizá como un genocida, confiando también en que la campaña militar tenga el menor parecido posible con la guerra”.(1)

En definitiva, la propaganda de guerra y las operaciones de guerra psicológica no buscan sino el modo de hacer pasar a los agresores por agredidos.

Guerra IV y V Generación
Lo que distingue a la propaganda de guerra de otros tipos de propaganda es su aplicación a la “Guerra psicológica”, concepto nacido en Estados Unidos y dónde el Departamento de Defensa de Estados Unidos la define como "operaciones planificadas para influir, mediante determinadas informaciones, sobre las emociones y motivaciones y por consiguiente sobre el comportamiento de la opinión pública, organizaciones y gobiernos extranjeros, para inducirlos o fortalecer actitudes favorables a los objetivos previamente estipulados"(2)

La guerra psicológica es un instrumento de las guerras de Cuarta y Quinta Generación destinado a producir acciones dirigidas a la desestabilización emocional de la población, que complementa el resto de acciones de una campaña más amplia.

Enlaza perfectamente con la definición que nos ofrece el sociólogo venezolano Luis Britto García acerca de la llamada "Guerra de IV Generación, cunado la define como aquella que tiene como objetivo “forzar la conducta de quien se considera el adversario, lo que implica el uso de armas materiales y armas psicológicas".

Podemos realizar una clasificación en función de quién es el emisor y qué es lo que pretende. La propaganda blanca es originada por una fuente abierta e identificada a la que se antemano se considera confiable. Propagan un contenido preciso, que sin embargo no ha de ser necesariamente cierto en su totalidad y ni siquiera contrastado.

La propaganda gris se presenta deliberadamente como neutral, pero es originada y suministrada por un adversario, normalmente propagando información falsa.

Un reciente ejemplo de esta clase de manipulación emocional lo tenemos en Venezuela, con la rápida difusión de las imágenes de unos supuestos recién nacidos del Hospital Ivss Las Garzas, en lamentables condiciones dentro de cajas de cartón.

Supuestamente filtradas por una trabajadora anónima, la oposición venezolana las presentó de inmediato ante el mundo. La prensa occidental propagó una noticia que apenas tardó horas en ser desacreditada por completo, sin embargo, el efecto psicológico ya se había producido.

Finalmente tenemos la propaganda negra, que se utiliza para distorsionar o perjudicar el mensaje del enemigo. Normalmente trata de hacerse pasar como si se tratara del mensaje del adversario.

Entre los últimos ejemplos de éste tipo de actuación respecto al conflicto sirio, tenemos el que protagoniza el emirato de Qatar, quién está financiando y promocionando internacionalmente una exposición sobre crímenes supuestamente cometidos por la República Árabe Siria, y que muestra parte de las 55 000 fotos que un supuesto desertor sirio afirma haber hecho por encargo del gobierno de Damasco para documentar sus propias torturas y asesinatos. (3)

El escándalo más reciente protagonizado por el Pentágono relata como pagó multimillonarias sumas a la empresa británica Bell Pottinger para elaborar vídeos falsos de actos terroristas durante el conflicto y posterior ocupación de Irak. Teóricamente las leyes estadounidenses prohíben que el Gobierno utilice propaganda sobre su población, pero como ha quedado demostrado en las transferencias realizadas por el Departamento de Defensa de EE.UU, estás figuraban entre las partidas destinadas a las "operaciones de información y psicológicas"(4)

Aprendizaje, psicología y propaganda de guerra
La propaganda de guerra actual se construye en base a procesos psicológicos y de aprendizaje que son comunes a todos los seres humanos. La amplitud y profundidad de los estudios realizados durante décadas acerca del control de la conducta humana han demostrado la eficacia del empleo de principios de psicología aplicados al aprendizaje y por tanto, éstos se emplean constantemente en la construcción de la propaganda que podemos observar a diario.

Los conceptos básicos del aprendizaje aplicados en los procesos de elaboración de propaganda de guerra se emplean con distintos grados de intensidad, capacidad o motivación en función de los objetivos deseados:

--La ley de la preparación

El aprendizaje sólo puede tener lugar cuando el receptor está listo para aprender. Llevamos décadas sometidos al condicionamiento necesario, ejercido por televisión, radio o cine y dónde se establece la dicotomía "bueno-malo", presentando a los enemigos de Occidente como verdaderos demonios y predisponiendo al espectador ante la información que va a recibir. Educados para aceptar determinadas voces como autorizadas ( gobierno, prensa, ONGs..), el proceso de preparación de inicia casi desde la edad escolar.

--La ley del ejercicio o de la práctica

Un principio tan simple como eficaz; Cuanto más repite algo una persona, mejor es capaz de retener ese conocimiento. Vendría acompañado por una segunda parte de esta ley que establece que el conocimiento no utilizado se debilita y tiende a desaparecer de la memoria. Desde la óptica del emisor de propaganda, se aplica la ley de la repetición

Es por tal razón que la propaganda es constante y repetitiva, adecuada a un mundo actual donde cala el mensaje sencillo y las ideas complejas parecen rechazarse instintivamente. Las insistentes
reiteraciones persiguen como fin que el espectador acabe por asociar dichos estímulos con las respuestas emocionales que se buscan provocar ( ira, indignación, pasividad...).

--La ley del efecto

El aprendizaje se refuerza cuando se asocia con una sensación agradable o satisfactoria, obteniéndose igualmente el efecto inverso; el aprendizaje se debilita cuando se asocia con una sensación desagradable. En el terreno de la guerra psicológica se relacciona con la ley de primacía, utilizando noticias positivas, expuestas con cuidadosa escenografía y estética para ensalzar algo y utilizando estos recursos a la inversa a la hora de presentar el objetivo a denigrar.

Como ha sido demostrado, el elemento estético contribuye decisivamente a disipar el juicio crítico del receptor. No es casual por tanto que en el contexto del conflicto sirio, sean empresas británicas las que desde inicios de 2014 se ocupen de la espectacular producción audiovisual y vanguardista estética de los grupos yihadistas en Siria e Iraq.

Espectacular presentacion yihaidsta en Siria asesosrada porInCoStrat.

 Lo hacen después de que el MI6 creara la firma Innovative Communications & Strategies (InCoStrat) a tal efecto. (5)

--La ley de la intensidad

Cuanto más entusiasmo e interés despierta una lección o acontecimiento, tanto más probable es que sea recordada. La creación de experiencias prácticas, u otras que hagan que el receptor se emocione (con lo que hace o aprende), hará la lección más fácil de recordar.

Significa en la práctica que aquello que se enseñe o presente con mayor intensidad y afectando a un numero mayor de sentidos, será absorbido con mayor intensidad y el recuerdo perdurará. El sentido mas directo y cuya información proporcionada no necesita de una comprensión profunda es la vista, lo que convierte a la imagen en el arma principal de la guerra psicológica, capaz de insertar mensajes directos a todos los niveles de una sociedad independientemente de su nivel socio-cultural.

Aún en el caso de que la manipulación pueda ser descubierta, la efectividad de los desmentidos es comparativamente escasa a la hora de contrarrestar el efecto de las falsas noticias, constituyéndose así en una de las razones de la gran efectividad de la guerra psicológica.

Un ejemplo evidente lo encontramos en el rodaje con figurantes y posterior emisión de la falsa caída de Trípoli en 2011; rodada en Qatar y emitida en Libia sustituyendo la señal de la televisión de aquel país, constituyó un factor decisivo para la caída de la capital libia en manos de los yihadistas.

--La ley de la primacía

En cualquier proceso de aprendizaje la fase inicial es crítica. Es en estos momentos cuando está demostrado que los conceptos son más proclives a fijarse en la mente.

Es un proceso común en cualquier ser humano; cuando se tiene contacto con algo por primera vez y sobre lo que no se posee ninguna noción ni conocimiento previo, lo primero que se aprende al respecto queda instintivamente asentado como un cimiento cierto, ya no basado en el conocimiento sino en la creencia, haciendo complicado modificarlo a posteriori.

Respecto a la propaganda de guerra, en casos de conflicto se comprueba cómo aparecen rápidamente eslóganes cortos, concisos y directos que condicionan cualquier conocimiento posterior. Es lo que observamos a día de hoy con el presidente Assad, con Maduro o con Putin y como ya se hizo anteriormente con Milosevic en Serbia, con Saddam en Irak o con Kadhafi en el caso de Libia, entre otros muchos.

--La ley de lo reciente

Esta ley básica advierte que tendemos a recordar lo más reciente que hemos aprendido. Para un correcto proceso de aprendizaje se hace necesaria una periódica recapitulación de los conocimientos previos, para reasentarlos y poder seguir construyendo sobre ellos.

Tengamos en consideración que la propaganda debe desplegarse en el entorno actual de inmediatez de la era digital, razón por la cuál se ha desarrollado vertiginosamente una verdadera industria capaz de proporcionar novedades constantes, pero que no renuncia a recapitular periódicamente para asentar los conceptos deseados en el público que sirve de objetivo.

Un ejemplo diáfano lo constituye el uso de los niños para la propaganda de guerra. 

Existen casos flagrantes a lo largo del tiempo; tal vez uno de los más célebres fue el montaje de los supuestos bebés muertos a manos de soldados iraquíes en Kuwait.

Nijirah-al Sabah, la hija del embajador kuwaití, asesorada y preparada por una agencia estadounidense de relaciones públicas, se hizo pasar por testigo de un supuesto secuestro y asesinato de bebés que estaban en una maternidad kuwaití, dentro de incubadoras. Dos enfermeras filipinas que trabajaban en la maternidad en cuestión desmintieron los hechos, y declararon inclusive que nunca habían visto a Nijirah-al Sabah. Sólo años después la historia entera sería destapada y desacreditada; sin embargo, una vez más, sirvió a sus propósitos en el momento adecuado.

De uso recurrente en lo tocante a Siria, el pasado 20 de agosto, la prensa occidental encabezaba unánimemente sus portadas con  la misma imagen; un niño de 5 años (Omran Daqneesh) sentado en una ambulancia en Alepo con la cara ensangrentada y llena de polvo. La imagen fue tomada de un vídeo rodado por la organización "White Helmets", patrocinada desde Occidente y candidata al Nobel de la Paz, a pesar de su inseparable asociación con el Frente Al Nusrah y otros grupos yihadistas en Siria. Alguno de éstos relatos se acompañaban con los llantos de los presentadores, como el caso de una locutora de CNN que rompió a llorar mientras la presentaba.

Abdulla Issa antes de ser ejecutado salvajemente.
Una vez más los niños eran presentados como el “icono de las atrocidades del régimen”.

Sin embargo, y de manera infame, al público occidental se le ocultó la grotesca ejecución (degollado y decapitado) de Abdulá Issa, un niño palestino de 12 años residente en el campo de Handarat (Aleppo), cuya familia era partidaria de Bashar Al Assad e identificado por sus asesinos como soldado de la milicia palestina Liwa-Al-Quds. Fue asesinado por un miembro del grupo terrorista “Nureddin el-Zinki”, al que en los medios occidentales se presenta como "oposición moderada". (6)









NOTAS:
(1) CHOMSKY, N. Hegemonía o supervivencia. La estrategia imperialista de Estados Unidos. Barcelona, Ediciones B, 2004.


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